Drakkar, el barco vikingo

Los barcos vikingos surcaron los mares primero para pescar, luego para comerciar y finalmente para saquear.

La escasez de recursos, el pobre rendimiento agrícola de los cultivos y la sobrepoblación fueron las causas que los historiadores barajan para explicar el inicio de los saqueos vikingos.

En algunos casos, los vikingos establecían colonias en las tierras saqueadas, mientras que en otros simplemente se volvían a casa.

La palabra drakkar es una transformación de un antiguo término islandés usado para designar a los dragones.
A las embarcaciones conocidas como drakkar se las ha llamado así debido a que a menudo el mascarón de proa consistía en la representación de la cabeza de un dragón. Se llamó por tanto drakkar a estas embarcaciones por metonimia de una de las partes que las constituían.

Estas naves eran sigilosas y rápidas, y podían viajar a través del mar abierto bajo una vela y cambiar rápidamente para ser accionado por los remos para remontar ríos o llevar a cabo ataques rápidos.

A pesar de su pequeño tamaño y peso, se las arreglaron para cruzar el Océano Atlántico numerosas veces. Los vikingos consideraban a los drakkar su más valiosa reliquia y los constructores de barcos eran muy queridos y respetados en las aldeas.

El reducido peso del drakkar y su poco calado hacían posible que navegara por aguas de sólo un metro de profundidad, lo que posibilitaba un rápido desembarco de las tropas a orillas de la costa, e incluso el transporte de la embarcación por tierra.

Los vikingos se convirtieron en los mejores navegantes y exploradores de la Alta Edad Media y sin sus barcos, la era vikinga nunca podría haberse producido.

 

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