Heimdall, guardián de Asgard

Heimdall, hijo de Odín, es el Dios guardián en la mitología nórdica. Posee una vista tan aguda y un oído tan fino, que puede ver y oír crecer la hierba. Además, puede estar sin dormir varios días. Esos atributos fueron la causa de que se le designara el puesto de guardián de Asgard, y del Bifrost, el arco iris que hace de puente entre Midgard y la morada de los Dioses.

 

Origen de Heimdall: 

Odín, paseando a orillas del mar, vio a nueve bellas gigantes, las hijas de Ran, doncellas de las olas. El Padre de Todos quedó tan enamorado de las hermosas criaturas que engendró con las nueve un hijo, quien recibió el nombre de Heimdall.

Las nueve madres procedieron a alimentar al bebé, con la fuerza de la tierra, la humedad del amor y el calor del sol, una alimentación que demostró ser tan fortalecedora que el nuevo Dios creció completamente en un espacio de tiempo increíblemente corto y corrió a unirse a su padre en Asgard.

Además de ser el Dios guardián también se le conoce como el Dios del orden por ser quien se encargó de establecer el orden humano, ya que fue él quien estableció las clases sociales en la humanidad, descendiendo hasta la tierra y engendrando en tres mujeres distintas tres hijos, creando tres linajes distintos: reyes, plebeyos y siervos.

Según la profecía, Heimdall anunciará la batalla del fin del mundo, el Ragnarök, en la cual luchará hasta la muerte contra Loki, y el combate será tan igualado que ambos quedarán reducidos a cenizas. 

Será el último Dios en caer en el Ragnarök.

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